Josu Hernández | Director de Rehabilita con éxito
Feísmo gallego: una realidad con historia y una oportunidad para el futuro

Hace unos meses, tuve la suerte de ser invitado a San Xoán do Río, en pleno corazón de la Galicia rural. No fue una visita cualquiera. Como director de Rehabilita con Éxito, mi intención era comprender de cerca cómo se vive la rehabilitación en estas zonas, qué desafíos hay, y qué lecciones se pueden extraer. Y me encontré con algo que no esperaba: una conversación abierta, sincera y valiosa sobre el llamado feísmo gallego.
Durante mi estancia, me cuidaron muchísimo. Tanto Jose Miguel Pérez Blecua (Chemi), el alcalde de San Xoán do Río, como Juan Carlos Pérez Rodríguez, director de Aldealista, me acogieron con generosidad y me enseñaron de primera mano las aldeas del municipio. Gracias a ellos pude conocer de cerca realidades que, vistas desde fuera, suelen ser malinterpretadas. Les estoy enormemente agradecido por su cercanía, su tiempo y por compartir conmigo el valor de lo auténtico.
Mucho se ha dicho sobre el feísmo. Desde fuera, se suele mirar con ojos críticos: construcciones sin terminar, mezclas de materiales, ampliaciones improvisadas, muros sin revocar... Pero al estar allí, y escuchar directamente a sus gentes, comprendí que detrás de esas fachadas hay historia, esfuerzo y adaptación. No se trata solo de estética, sino de cómo las familias gallegas han ido haciendo frente a sus necesidades con lo que tenían a su alcance.
El feísmo no es fruto de la dejadez ni del mal gusto, sino de una realidad social y económica concreta. Esas construcciones responden a momentos de cambio, a la emigración, a la necesidad de crecer con recursos limitados, de construir sin apenas normativa clara o apoyo técnico. Y, sin quererlo, muchas de esas decisiones contribuyeron a lo que hoy valoramos tanto: el reciclaje, la reutilización de materiales, el aprovechamiento del entorno.
Desde mi punto de vista, lejos de estigmatizarlo, el feísmo debe entenderse como parte del patrimonio construido gallego. Y como tal, merece ser reconocido y tenido en cuenta. Porque en esas construcciones, a veces inacabadas o irregulares, hay una sinceridad que no siempre encontramos en los nuevos modelos urbanos. Son construcciones que hablan de su tiempo, de las personas que las levantaron, y de una relación con el territorio que quizá hoy hemos perdido.
Lo más interesante es que ese pasado puede ser la base de una nueva etapa. La rehabilitación no debe venir a borrar ni a juzgar, sino a integrar, mejorar y dar valor. En Galicia, hay una oportunidad única de transformar esas edificaciones en proyectos sostenibles, respetuosos con el medio, y alineados con una identidad local profundamente arraigada.
Desde Rehabilita con Éxito, creemos firmemente que el camino hacia la sostenibilidad no pasa solo por construir de cero, sino por mirar con nuevos ojos lo que ya existe. Y Galicia tiene mucho que enseñar en eso. El feísmo, bien entendido, puede ser la palanca para repensar el futuro de la vivienda rural, desde la humildad, desde la autenticidad y desde el respeto a la historia de cada rincón.
A los gallegos, gracias por abrirme las puertas y mostrarme esta otra mirada. La de quien no solo construye casas, sino historias. Y ojalá este artículo sirva para abrir el diálogo, compartir aprendizajes y seguir rehabilitando con éxito… y con respeto.
